Receta de pastel de chocolate (Priv: Nuage)

Molestia eso se le venía a la mente de tanto pensar en sus deberes nada más que asquerosa molestia en pensar en su creador, los científicos las pruebas, todo, las misiones… las asquerosas misiones que siempre quería acabar tan rápido como le fuera posible para ir a la biblioteca y ahogarse entre conocimientos o lo que se le ocurriera por el momento, caminando entre pasillos los cuales su demoniaca presencia volvían fúnebres por la dichosa molestia que le habían generado los científicos al negarse para quitarle el collar de perro que tenia puesto para que obedeciera no era más que una reverenda molestia de mierda, su mal comportamiento a veces rebelde y opuesta a la de su supuesto creador le había llevado solo al camino de la dictadura con ese collar –Tkss…- chasqueo la lengua con un impulso y ganas de moler lo que se le pusiera enfrente, para cuando por fin llego a la biblioteca increíblemente ese impulso había bajado bastante, podía relajarse eso creyó - l'amore e la giustizia sono i primi a cadere in battaglia- dijo observando unos cuantos libros de romance los cuales le parecían lo mismo que su trabajo, una mierda.

Para sus pocos años de edad quizá unos cuatro apenas, ya sabía lo suficiente como para decir que el loco que gritaba palabras sobre necesidades humanas no era más que otro científico, eso supuso pero en realidad no lo sabía, no había nada más grato que burlarse de ellos en su cabeza, claro que estaban tan locos como el sujeto que gritaba mientras ella buscaba el libro adecuado para la ocasión solo le miraba de reojo mientras miraba en los estantes de cocina, ni ella se explicaba el idiota impulso de cocinar, nunca lo había hecho, quizá curiosidad inexplicable que ya venía desde hace un tiempo –Las personas normales cocinan ¿no?- pregunto en voz alta al que se preguntaba si tenía alma ¿Qué clase de pregunta es esa? Se cuestiono acercándose dándole un libro de recetas, quizá para que se callara, pues este comenzaba a hablar sobre… temas sexuales que aunque poco le interesaban a la rubia eran vergonzosos y algo estúpidos si no se manejaban con cuidado, pero al notar los comportamientos del de cabellos plata pudo saber que poco importaban las opiniones -¿trabajas aquí? Si o no – interrogo, nada formal, al fin y al cabo le valía los kilómetros entre Italia y México.

Parpadeo un par de veces notando que el libro había volado de sus manos, pero no le dio por reaccionar de manera enojada o más bien frustrada como cualquier otro hubiera reaccionado, le miro de pies a cabeza intentando asimilar de quien se trataba, pero los únicos que conocía eran unos científicos socios de su creador, muy pocos… igual de locos así que no se noto con mucha sorpresa, solo suspiro, buscando paciencia o algo que le calmara, escucho eso de “niñita” no le molesto realmente, solo tenía 4 años después de todo –Nada en especial… solo vine a relajarme un rato después de los resultados de los experimentos de mi lord o creador- ella decía todo bastante sincera, aun se notaba con inocencia y un pésimo manejo de las situaciones debes en cuando, aun mas que siendo una máquina de matar o una soldado tenia inocencia de no percibir lo que era a quien tenía enfrente, hasta le siguió detrás cuando camino en dirección contraria, entretenida por la historia violenta que comentaba. Solo un poco.

Abrió bien los ojos al escucharle, miro a su alrededor y retrocedió unos tres o cuatro pasos del científico, suspiro apretando sus manos con los guantes bien puestos –Si lo que quieres es pelear que no sea en este lugar… muchos libros de aquí me encantan ¿dolor en los experimentos? Entonces no me equivoque eres uno de esos locos que me crearon- Masculló con enojo, frunciendo el ceño aun que el titulo le llego un recuerdo fugas de su cuidador, así le apodaban algunos y era un doll… no pudo evitar relacionar esa historia con Raiden, pero solo pudo sacudir la cabeza de manera brusca.

Cuando el dio esos pasos no retrocedió más, hasta le dio la cara como todos esos enemigos que le enseñaron a destrozar antes de que llegaran al sufrimiento –Acepto, pero los papeles pueden cambiar muy rápido- dijo respecto a lo de víctima. Me vi abrumada de felicitaciones, bendiciones y abrazos cuando nací. Yo lo recibí todo con manos temblorosas, labios fríos, cerebro vacilante y un corazón que se me había vuelto de piedra. Todo desfilaba ante mí como un sueño. Observaba aquel desfile sin pensar siquiera en quién iba a ser la víctima. Pensó en solo unos segundos.

¿Entonces víctima o solo era una prueba? Todo la tenia arta, si eso la hacía bruta actuando con fuerza, bien así era de terca, estaba dispuesta a demostrar su determinación para hacerlos caer.

Se quedo quieta pensando en las primeras palabras del muchacho, cambios de ánimo, lo que quería ser, pero tampoco quería ser un cachorro con el que el muchacho se entretuviera, eso sí… se quedo helada son ese comentario ¿Conocerla? ¿Qué tan grande podía ser su aburrimiento?  -Creo… que recordé algo de hace tiempo… solo eso- explico al escucharle, si bien su mirada de frustración había cambiado viendo al de cabellos plateados sin poderse explicar del todo no dijo más.

Nuevamente puso atención en sus palabras, era un shinigami un dios o ángel de la muerte… temido desde las leyendas humanas, mitos, todo lo que fuera eso existía, siempre existió y ahora que el mundo está en guerra esas cosas salen a flote…  Un ser artificial como yo. Pensó tallándose la frente con desespero, el era uno de esos locos que le encantaba experimentar, ver el dolor de los demás para complacerse, pero bueno… sacudió su cabeza quizá una o dos veces.
Viva… eso último le prestó más atención que a todo lo demás, solo quería sentirse viva y el de cabellos plata dio en el blanco, era normal quizá sí pero no lo suficiente como para sentirlo, nunca podría sentir eso… normalidad no estaba en su idioma.

Cuando le mostro con inocencia su herida se imaginaba en una situación completamente diferente, noto que no le estaba viendo del todo el hombro… estaba viendo mas allá de la herida, pero al principio solo era una suposición de donde estaba viendo, debía ser un mal entendido hasta que el mismo lo dijo, se sonrojo y cuando la toco eso fue el colmo, levanto bruscamente su mano derecha golpeando el brazo que la estaba tocando, lo aparto, sus mejillas rojas lo dijeron todo con una cara apenada -¡¿Cómo te atreves?! ¡Sigo siendo una chica!- exclamo retrocediendo unos tres pasos, su espalda ya estaba tocando un estante sin dejarle avanzar más, se acomodo la blusa antes de gruñirle con vergüenza, la sangre le hirvió pero de lo avergonzada, aun mas por lo último que dijo.

-No soy de nadie… no puedo serlo ¿Cómo lograrías tu eso? – tartamudeo, era un científico después de todo, puede que ella sea un experimento de otro… pero ellos siguen teniendo cierta autoridad. Estaba aterrada de cierta manera.

Sintió la suave caricia en sus cabellos, miro hacia arriba viéndole a los ojos y después de vuelta a mirar el suelo sin saber que gestos mostrar, si es verdad que no sería muy diferente… pero tampoco sería igual a vivir como ahora, quizá hasta se sintió un poco mas protegida por la mano del cabellos plata.  

-Si soy tuya… ¿eso no es como robarme de mi creador? ¿Puedes hacer eso?- cuestiono mientras tomaban su mano, sentía un cosquilleo recorrerle desde sus dedos hasta todo el cuerpo como una red conectada por él, todo se estremecía pero no dijo nada, por el contrario el rostro de la chica se sonrojo ligeramente mirando a un lado, no entendía muchas de las cosas que le explicaba pero si interesante le bastaba… eso estaría bien.

Escucho lo último, sorprendida, estaba atónita, ¿Cómo un científico puede decirme eso? ¿enserio lo cumplirá? ¿De verdad no me va a lastimar? Se pregunto cuándo besaron su frente, el sonrojo incremento, increíblemente ese estimulo le hizo sentir tan feliz que comenzó a llorar “mas bien no sabía cómo interpretar la felicidad como tal nunca la había experimentado, no con tanta plenitud” Se agacho para que no vieran su rostro, suspiro y abrazo a quien tenía enfrente de manera que sus labios quedaran en la cabellera del muchacho y bueno… su rostro entre los pechos de ella ya sin darse cuenta de ello.

-Es raro… ¿Por qué me protegerías? ¿Qué sentido tiene para ti? Aun asi lo aceptare...– se animo a decir sin dejar que se escucharan como sollozos, los evitaba al 100%.