Reencuentro// Rol privado con Noctis Caelum

“me dispongo a salir una vez mas” penso el de cabellos negros levantándose de su cama lentamente mientras las sabanas se resbalaban de su cuerpo se mi desnudo, se tallo los ojos cual niño pequeño y sacudió la cabeza dándose unos golpecitos en las mejillas, una vez ya sentado en su cama entraron las mucamas dándole su ropa, eso claro atendiéndolo como el príncipe que era, ya no le parecía raro, sino solo un día mas.

Uno de los sirvientes llego diciéndole su itinerario entero y en cuanto escucho “después de todo eso podrá tomarse el día” era lo único que prestó atención, más que eso, aunque fuera algo despreocupado lo tomaba enserió, todos esos negocios entre familias y Shin-ra iban muy enserió, por lo que todo lo cumplió al pie de la letra, una vez pasado eso ya en su palacio suspiro subiendo nuevamente a la limosina –Hey, Sebastián… a las afueras- dijo el joven mientras que el otro asentía y sus guarda espaldas se mantenían callados por el estrés que tenía el de cabellos negros.

Pasando paisajes carreteras y mas el joven se recargo en la puerta de la limosina mirando hacia fuera “el cielo se ve extraño… hoy… así que… será hoy…” pensó cerrando los ojos y estos se tornaron azules en quizá un poco de molestia, un deber mas… le molestaba… un poco, saber que con solo ver el cielo con un dios se toparía de nuevo ya le conocía… y eso era a un peor.

-llegamos señor- dijo el chofer frenándose en aquellas ruinas bajo del auto y el joven espero a que abrieran la puerta para bajarse una vez en ese lugar sus guarda espaldas le seguían detrás peleándose entre ellos, pues eran sus mejores amigos, pero para Noctis solo eran sus amigos fingiendo proteger lo que se podía proteger solo, camino por ese lugar y miro las ruinas a sus alrededores, monumentos griegos por todos lados… cuanta ironia… eso era lo que quedo en la tierra después de todo, sus ojos aun no cambiaban de color esperando que algo pasara.

-¿acaso será que este presentimiento me dice que vendrás?- nuevamente se puso firme frunciendo el seño, se cruzo de brazos esperando al causante de la muerte, Hades.

Estaba bastante tranquilo, no era un joven tan impulsivo sabiendo que el dios no le haría el daño  a  sus amigos, probablemente se burlaría de ellos, como desde pequeño  este lo hacía con los guarda espaldas de su padre por lo que le observo sin nada en especial, solo esperaba que el dios le dirigiera las palabras nuevamente.

-Si bueno, tan estúpidos que destruyen su propio mundo ¿no?-

Vio esa cómica escena del dios con sus amigos y sonrió suave aun sin preocupación, podrían si pasar cosas malas, pero en fin ni que decirle al dios del inframundo en contra, por el bien de él y sus amigos guardo silencio solamente observándole.

-sabes que no puedo evitar las guerras entre todos, sin embargo admito que mi familia no hizo mucho para detenerla… nos fue imposible…-

Dijo el joven algo arrepentido de los hechos, pues el no tuvo el poder de evitarla en ese entonces y ahora le carcomía por dentro, era como alcohol en un corte, algo… especialmente doloroso, parecía que apenas y quería detener la guerra a como podía, después de todo se trataba de los Lucis.

-Después de todo, los demonios debemos obedecer a los del bajo mundo ¿no? –

Se refería al dios, después de todo, los demonios obedecían a algunos dioses, y la sangre de Noctis no estaba libre ni pura de esos genes de demonio, aunque tampoco lo hizo feliz que le dijeran mensajero eso también le molestaba.

-Hades… no me opondré a lo que me pides… pero tampoco significa que te obedesca en su totalidad… mi tarea esta en proteger a los de mi familia no anunciar la guerra-

No le tomo muy enserio en sí, pues lo último que quería era ser anunciador de la muerte.